“No son once tiros a mi camioneta, a mi investidura. Son 11 tiros a la democracia”. “Este es un atentado político”. “Mi colaborador puede contar lo que pasó porque Dios es grande, fueron once tiros a la altura de donde él estaba sentado (...). Es un intento de homicidio”.
Las frases que pronunció el amayista Alfredo Toscano en la sesión legislativa del lunes de la semana pasada -poco después de que su chofer, Rolando Alberto Díaz, denunciara que había sido agredido por desconocidos en El Manantial- entran en franca colisión con la investigación penal que lleva adelante la fiscala de Instrucción de la VIII Nominación, Adriana Giannoni.
Según fuentes judiciales, ayer la representante del Ministerio Público Fiscal resolvió, sobre la base de informes balísticos, de la declaración del chofer y de otras pruebas colectadas, modificar la carátula original de la causa, que trataba sobre los posibles delitos de tentativa de homicidio, abuso de armas de fuego y lesiones.
El chofer del legislador amayista, para la fiscala, pasará de ser víctima a imputado de presunta falsa denuncia en contra de la administración pública, según relataron fuentes de la pesquisa a LA GACETA. La fiscala, por estas horas, aguarda el resultado de un “modelo de simulación”, pericia que consiste en tratar de identificar, mediante una serie de pruebas con diferentes armas, en qué circunstancias fueron realizados los disparos que recibió el auto de Toscano, que manejaba Díaz.
Una vez que obtenga estos datos, confiaron desde Tribunales, Giannoni citará a declarar como imputado al empleado del legislador amayista.
El supuesto atentado se produjo el lunes 13, antes de las 7, cuando Díaz manejaba un vehículo del parlamentario por El Manantial. Debía buscar a Toscano de su casa, en el centro, para llevarlo a la sesión de la Legislatura. Según dijo Díaz, al prestar declaración como víctima, dos hombres que iban en una moto se pusieron a su costado. Aseguró que, cuando iba en marcha, percibió el impacto de elementos (no habló de disparos) en un costado del chasis del vehículo. Agregó que fue interceptado por estos desconocidos, y luego por otros hombres que iban en un VW Gol Power negro. El empleado de Toscano sostiene que fue golpeado en la nariz por uno de ellos, y que tuvo que colocarse un algodón con iodo para frenar el sangrado. En el parabrisas del auto, luego, encontró una nota, según su versión, que llevaba amenazas de muerte contra la dirigencia amayista.
Las evidencias que recolectó la fiscala la llevaron a pensar que, en realidad, Díaz había realizado una falsa denuncia, según fuentes de Tribunales.
Primero, un informe balístico probaría que los disparos fueron realizados con un arma a gas o aire comprimido mientras el auto del legislador Toscano estaba detenido. Además, la fiscala no tiene claro que El Manantial haya sido el lugar del hecho, ya que allí encontraron dos vainas servidas de calibre 22 que no se condicen con los “balinazos” que impactaron contra el rodado.
Por otra parte, en el auto del parlamentario amayista no se encontraron rastros de sangre, según fuentes judiciales, y agregaron que bajo las uñas de Díaz tampoco había restos biológicos. Sí había algo de sangre en el botón del cuello de la camisa del empleado de Toscano, agregaron los informantes.
Giannoni aguarda nuevas pericias. Hoy, médicos forenses confirmarán o descartarán si las lesiones que tenía el chofer podrían haber sido producidas en las circunstancias que relató en la denuncia original. Además, junto con el “modelo de simulación” que encomendó la fiscala, se pidieron otras medidas específicas sobre las marcas que dejaron los “balinazos” en el chasis.
En la Fiscalía VIII están a la espera de las copias de las cámaras de seguridad de varias empresas que están instaladas en la zona donde se produjo el ahora aparente “autoatentado”. Giannoni solicitó esas filmaciones el día de la denuncia, pero aún no se concluyó el informe.
Toscano, quien ya había protestado públicamente porque aseguraba que le endilgarían una puesta en escena, insistió ayer en la Fiscalía VIII para tener acceso al expediente y poder participar de la causa como querellante. Por ahora, el legislador amayista no será parte, indicaron desde Tribunales, ya que la hipótesis de la agresión les parece más endeble que nunca.